¿QUÉ TENEMOS EN COMÚN EL RESTO DE MORTALES CON AXL ROSE, KATY PERRY O ADELE?

Uno de los problemas más frecuentes de los músicos es el pánico escénico. No solo sucede en la música, pero hablo por la parte que me toca.

Es sabido de artistas muy célebres que han sufrido o sufren este mal, como por ejemplo Adele, que cuentan las malas lenguas que tuvo que someterse a una hipnosis para actuar en los premios Óscar. ¡Menos mal que no le gastaron una broma de mal gusto haciendo que cantara adoptando la forma de un gato! O el recién conocido pánico escénico de Pastora Soler, quien se quedó en blanco en mitad de un concierto y lo tuvo que abandonar con un ataque de pánico. (Recuerdo algo parecido de Rosa en el primer OT, del que toda la gente de mi generación éramos totalmente fans: “Quizá nunca se saaaaa Anda! Me he equivocao, ¡olé!). También se dice que David Bowie canceló alguna que otra gira debido a su pánico escénico. Lo mismo que casi le pasa a Axl Roses en el año 1988 cuando con su grupo Guns N’ Roses iban a telonear a Aerosmith, aunque esta vez lo pudo superar.

Por lo visto Alejandro Sanz ha reconocido varias veces en público su pánico escénico y ¡ahí lo tienes! Las malas lenguas hablan de que Rihanna toma un largo trago de licor diluido en agua para relajarse antes de una actuación… Lo dicen las malas lenguas, ¡no yo! Aunque, pensándolo bien, si solo es un trago, me parece una solución razonable y natural.

¿Y qué me dices de Harry Styles? Cuentan que antes de cada acto vomitaba de los nervios y la ansiedad… Al pobre le cuesta la cena el doble.

También se comenta que Katy Perry sale a los escenarios con escalofríos continuos debido a su ansiedad. ¡Cualquiera lo diría! 

El pánico escénico, o ansiedad pre-concierto, o durante el concierto, da igual como lo queramos llamar, puede representarse de muchas formas.

Yo he sufrido muuuuuuuuuuuuuuuucho pánico escénico. Pero es curioso. Solo cuando tocaba guitarra clásica. A veces me sigue pasando. La verdad es que no tengo claro de dónde me venía, pero he llegado a la conclusión de que era por mi absoluta rigidez conmigo misma. ¡No me dejaba pasar ni una! Me martirizaba con cada error y un par de notas falsas era un fracaso total. Un drama, vaya.

Sí, hablo en pasado porque he conseguido medio superarlo. Y digo “medio”, porque creo que eso es algo con lo que voy a tener que vivir toda mi vida. Dentro de la música clásica la exigencia es tanta, que creo que el miedo escénico va implícito. No conozco a ningún intérprete que no lo sufra o no lo haya sufrido, aunque sea en una escala muy pequeña.

Es una pena y espero que algún día deje de ser así.

Obviamente no solo en la música sucede, sino en cualquier momento en que tenemos una exposición a un público. Pero ¡Sí! Se puede trabajar y mejorar muchíiiiiiiiiiiisimo.

Que ¿cuál es la forma de superarlo? Ni idea… Yo he probado de todo. He probado a trabajar la respiración, la concentración, la ansiedad escénica, terapias de relajación… ¡Hasta he probado lo del trago de licor de Rihanna! Y no… En mi caso no funcionó, sigo siendo más de cerveza. Solo me falta probar el estilo de Adele. Si alguna vez me encuentro por la calle a Jeff Toussaint, que por lo visto es uno de los mejores hipnotizadores del mundo, quizá le pida una cita.

En mi caso creo que lo que más me ha ayudado ha sido hablarlo con la gente. Normalizar, visibilizar y ser consciente. Es algo que me pasa en los conciertos y no puedo hacer como si no pasara. Cuando sabes las ventajas y las desventajas con las que juegas, juegas mejor. 

¿Has tenido alguna vez pánico escénico? ¿Cómo lo has superado?

Cuéntamelo en los comentarios.

Gracias por leerme y más hoy, día del libro. <3

Feliz viernes.

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